Exceso de confianza

Otro destello, otra nave capital abatida. Una nube de restos y una luz –como de una pequeña nova– era todo lo que quedaba de ella, testigo mudo de una batalla tan dura como increíble. El Gran Navegante, comandante en jefe de la flota, observaba, en el holo estratégico, la precisa estela de destrucción que se dirigía, inexorable, a su nave.

Esos malditos pilotos sabían muy bien como luchar. La flota, que tan temible había sido para tantas razas de la galaxia, parecía una mera colección de juguetes frente a esos inesperados adversarios. Dos pequeños cazas con un poder destructivo colosal, la última esperanza de las especies que aún resistían la conquista. Dos miniaturas, las cuales se abrían paso brutalmente entre los gigantes de esa armada sin parangón.

Pero aún no habían vencido. Ni de lejos. La nave insignia les enseñaría lo que es poder bélico. Su capitán, el Gran Navegante, ordenó el despliegue de todos los efectivos a bordo, la carga al máximo de sus escudos, activar todo el armamento. Les daría una cálida bienvenida... ¡Y un glorioso y llameante final!

Una lluvia de rayos y proyectiles recibió a los cazas enemigos. Un devastador muro de luces brillantes que, a pesar de su aterrador poder, no logró destruirlos. Los pilotos eran extremadamente buenos, o quizás la desesperación les hacía escapar de la muerte. Se lanzaron por la nave insignia, infiltrándose a través de la infernal malla de defensa del titán espacial.

Un sentimiento de incredulidad, de estar viviendo una pesadilla, saturaba la mente del gran líder, otrora imbatido. Sólo entonces vislumbró el error: el orgullo y la ilusión de invulnerabilidad habían cegado a su mítica armada. Fue lo último que pudo pensar, antes de que esos cazas rebeldes usaran sus alucinantes armas especiales. Como espadas estelares, rebanaron en pedazos la enorme nave enemiga.

Otro destello, otra nave capital abatida. Sus gigantescas ruinas quedaron flotando silenciosas, indiferentes al combate cuyo cariz cambiaba por su presencia.
Este relato corto fue un pequeño experimento que escribí inspirándome en los videojuegos de tipo shoot'em up (o matamarcianos, como se les llamaba hace años en España). La idea central era la siguiente pregunta: ¿Cómo se siente el líder de una enorme flota estelar, conquistadora de mundos y sin parangón en la galaxia, al ver su fuerza destrozada por sólo un par de cazas?

Cierto es que, en los shoot'em up modernos, las heroicas naves que manejan los jugadores tienen facultades espectaculares, capaces de destruir de un sólo disparo objetivos varias veces más grandes que ellas. Aún sabiendo esto, ¿qué líder militar experimentado o ejército poderoso esperaría ser machacado por una fuerza tan pequeña?

Comentarios

  1. Se nota muy inspirado en juegos clásicos de Namco como el Galaxian y el Galaga. Me he dado cuenta antes de leer tu explicación. Se nota porque es todo un texto narrativo describiendo una batalla de naves. No hay más (diálogos, sentimientos, etc. quizá porque desees que sea el lector quien imagine los sentimientos), solo naves disparando a otras naves. Creo que el lector promedio preferirá algún diálogo, pero tú mismo.

    Por último, la palabra holo no existe en español. Existe el prefijo holo- (holocausto, holograma), pero no como palabra entera.

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    1. Sentimientos, haberlos haylos. ¿O no hay emoción, de una forma más o menos poética, en cómo describo la destrucción de las naves capitales? ¿O cuando menciono a esos "malditos pilotos"? Y hay más adjetivos y expresiones, no voy a listarlas todas aquí, las cuales están para dar esa emoción al texto. Además, date cuenta de que, en parte, la narración se ve desde el punto de vista del líder de la flota que se enfrenta a esos cazas increíbles. ¿No hay emoción cuando comprende su error justo al final?

      Por otra parte, permíteme decirte que la palabra "holo" no sólo existe, se usa y desde hace bastante tiempo. Hago una búsqueda rápida en Google y el primer resultado que me sale es de una wiki sobre la saga de Los juegos del hambre. Copio debajo:

      "El holo es un dispositivo que se utiliza como un mapa del Capitolio, y que también localiza el lugar en donde podrían estar algunas de las vainas que se ocultan en las calles."

      Otro ejemplo, encontrado al final de la primera página de resultados de la búsqueda. Traducción al español de la cuarta novela de la saga Los cantos de Hyperion, El ascenso de Endymion. De nuevo, copio debajo:

      "Segundos después apareció el holo de un cardenal más corpulento con túnica roja, y luego el holo de un sacerdote delgado y tuberculoso."

      Como ves, el término "holo" como abreviatura de holograma ya lleva unos cuantos años en circulación. No voy a esperarme a que la RAE espabile e incluya términos técnicos o de ciencia ficción para poder usarlos, la verdad.

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